
Brasil es el mayor productor mundial de eucalipto procedente de bosques renovables, pero el recurso no se explota en todo su potencial. En el país, se utiliza casi exclusivamente para la producción de pasta de papel, bioenergía y paneles reconstituidos. Pero la madera de eucalipto joven, de siete años, podría tener nuevos usos en el sector de la construcción civil, en la fabricación de productos de ingeniería de grado estructural, como vigas y pilares, que se obtienen mediante el procesamiento industrial de madera bruta de eucalipto de ciclo corto. La propuesta procede de una investigación de la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz (Esalq) de la USP, en colaboración con la Universidad de Stellenbosch (Sudáfrica). Con las técnicas adecuadas, los nudos y alabeos, características que hacen que el eucalipto de ciclo corto sea débil y de baja calidad, son prácticamente eliminados, lo que le confiere un alto valor añadido.
Según el autor de la investigación, Bruno Balboni, "la madera joven de eucalipto puede ser muy resistente y a veces incluso superior a la de Pinus (pino), el árbol más plantado en Brasil para productos estructurales, pero que tarda unos 20 años en alcanzar la edad de cosecha y ser utilizado industrialmente."
Según el ingeniero forestal, los nudos debilitan la resistencia de la madera y el alabeo dificulta su uso, afectando directamente su valor, especialmente cuando el uso final es la construcción de estructuras, donde la resistencia es fundamental. En busca de soluciones para aprovechar este recurso abundante en Brasil, el ingeniero forestal comenzó por seleccionar algunos clones (variedades) de eucalipto entre los innumerables plantados para la generación de bioenergía, para ver si alguno de ellos tendría características adecuadas para su uso como madera estructural.